lunes, 21 de enero de 2008

ESTO NO ES UN CHAT

Últimamente he tenido que suprimir algunos comentario algo que, aunque suele ser habitual en el funcionamiento de los blogs, no me gusta nada porque creo que lo ideal es dejar que la gente se exprese con total libertad y pueda decir lo que le dé la gana. Esta bitácora nació con vocación de ser un espacio en el que poder expresar unas ideas, unas opiniones, sobre todo taurinas pero sin desdeñar para nada otros temas, con absoluta independencia tanto por mi parte como propietario del mismo, como por parte de los lectores a la hora de dejar sus impresiones. Creo que, entre otras muchas cosas buenas que pueden tener los blogs, una de ellas es el compartir, algo que si se hace debidamente nos enriquece a todos. A lo largo de este tiempo, sin embargo, he comprobado que no todo el mundo piensa de esa manera y no he tenido más remedio que ir estableciendo algunas normas para que todo funcione de la mejor forma posible y no se termine por ir de las manos. Unas normas en las que, simplemente, se pide que todo aquel que desee decir algo esté correcta y suficientemente identificado y que lo se diga se haga dentro de unos principios de respeto y educación hacia quien realiza los posts y a los que comentan los mismos. Esa identificación no pasa por tener que saber la filiación de cada uno, desde el momento que muchos de los que entran lo hacen con un seudónimo –yo el primero-, o un nick, que todos sabemos a quien pertenece y de donde procede.


En cuanto a la corrección hacia mí y los demás, en general, no tengo excesivas quejas pese a que, inevitablemente, alguien se puede colar alguna vez trasgrediendo ese principio, a mi juicio, básico en toda convivencia. No obstante, lo que si he venido observando desde hace una temporada es que se producen en ocasiones comentarios que no vienen a cuento con el asunto que se trata en los posts. Aislada y puntualmente tampoco es que tenga mayor importancia y no he tenido inconveniente en pasarlo por alto, si se hace con asiduidad y se toma sistemáticamente como costumbre la cosa cambia y bastante. Esto no es un chat, si hubiese querido que lo fuera en vez de un blog podía haber abierto una sala al efecto, y cuando uno se toma la molestia de elaborar un post es para exponer, con mayor o menor acierto, una opinión o unas ideas y para que lo que en el mismo se comente esté relacionado con el tema que se ha sacado a colación.


Ruego encarecidamente, por tanto, que vuestras aportaciones vayan en la medida de lo posible en esta línea para evitarme el mal trago de tener que suprimir algunas entradas, algo que, sinceramente, me repatea, y que puede dar lugar a que algún descerebrado, semi-analfabeto, al que se le han consentido y soportado las más variadas trasgresiones de todo tipo en esta casa y se ha tenido con él infinita paciencia, arremeta cobardemente contra mí en otro blog utilizando un seudónimo -el hecho en sí ya define su bajeza y su ínfima ralea- y tenga la desfachatez de llamarme censor. Pienso que es muy fácil, el que esté de acuerdo sabe perfectamente que va a ser bien recibido y el que no, tiene todas las posibilidades del mundo de explayarse en otros muchos lugares donde se comienza planteando, por ejemplo, la inmortalidad del cangrejo y se termina por expandir el tema comentado, finalmente, a la influencia económica y política de los practicantes del punto de cruz en la sociedad industrial del siglo XXI. Gracias por vuestra colaboración.

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