Como si estuviésemos en la moviola, la jugada se vuelve a repetir al ver los carteles de las próximas Fallas valencianas que, a falta de confirmación oficial, ya circulan por diversos mentideros taurinos. Casi se podría repetir el mismo post, cambiando algunos localismos, copiando prácticamente en su integridad el que dedicamos hace un par de días a la Feria de abril. Tal vez con un agravante en lo que se refiere al serial que van a tener que padecer los aficionados que acudan en marzo al coso de la calle Xátiva; mientras que en Sevilla en las corridas de preferia se van a lidiar algunas ganaderías de las consideradas no comerciales, en Valencia a lo largo de trece tardes solamente el encierro de Guardiola entra dentro de esos parámetros. El resto, doce festejos repartidos en nueve corridas y tres novilladas, estará compuesto por ganaderías al gusto de las figuras, figuritas y figurines de mazapán, con la particularidad de que exceptuando los bovinos de Los Bayones (Atanasio-Lisardo) y los semovientes de El Niño de la Capea (supuestamente Murube), todo lo demás será, ¿cómo no?, procedente del inefable encaste bodeguero. Diez de trece, lo que, si mis cálculos no fallan, querrá decir que un 80% de los toros que se lidien en el presente ciclo tendrán el mismo origen.
Y se repite, también, como todos los años la publicación por parte de la Asociación El Toro de Madrid de la lista negra de las ganaderías para el presente año en la plaza de Las Ventas. Una lista que, aún, no siendo vinculante debería ser tenida en cuenta por los gestores del coso venteño a la hora de seleccionar el ganado para la temporada en curso. Con razonamientos minuciosos y pormenorizados en cada una de las ganaderías nominadas, se argumentan los motivos de por qué las mismas figuran entre las que los aficionados no desean ver ni en pintura, por el momento, en el albero de La Monumental. Duele, en cualquier caso, ver a una serie de ganaderos y encastes que han sido, incluso, míticos y legendarios, o que no han querido caer en lo fácil echando agua al vino y descastando progresivamente sus productos, compartir lugar en este listado con algunos otros que si lo han hecho o que, directamente, han formado sus ganaderías a base de tontas del bote y borregos carretones. Pero así debe ser y más vale que si alguna de estas vacadas, lleve el nombre que lleve, no está atravesando un buen momento, se haga saber a sus dueños que deben enderezar el rumbo. Ojalá que a muchos les sirva este toque de atención y puedan llegar a recuperarse, por su bien y por el de la fiesta.
Y se repite, también, como todos los años la publicación por parte de la Asociación El Toro de Madrid de la lista negra de las ganaderías para el presente año en la plaza de Las Ventas. Una lista que, aún, no siendo vinculante debería ser tenida en cuenta por los gestores del coso venteño a la hora de seleccionar el ganado para la temporada en curso. Con razonamientos minuciosos y pormenorizados en cada una de las ganaderías nominadas, se argumentan los motivos de por qué las mismas figuran entre las que los aficionados no desean ver ni en pintura, por el momento, en el albero de La Monumental. Duele, en cualquier caso, ver a una serie de ganaderos y encastes que han sido, incluso, míticos y legendarios, o que no han querido caer en lo fácil echando agua al vino y descastando progresivamente sus productos, compartir lugar en este listado con algunos otros que si lo han hecho o que, directamente, han formado sus ganaderías a base de tontas del bote y borregos carretones. Pero así debe ser y más vale que si alguna de estas vacadas, lleve el nombre que lleve, no está atravesando un buen momento, se haga saber a sus dueños que deben enderezar el rumbo. Ojalá que a muchos les sirva este toque de atención y puedan llegar a recuperarse, por su bien y por el de la fiesta.
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