viernes, 14 de marzo de 2008

FRANCISCO J. ALCARAZ

Dicen que se va, lo que no deja de ser una excelente noticia porque los sujetos de su calaña son una lacra y su presencia en la vida pública de un país es un insulto a las más elementales normas de la democracia. Tras varios años de lamentable protagonismo este presunto delincuente -está imputado tras una querella interpuesta por la Asociación de Abogados Demócratas por Europa por un delito de injurias al gobierno- ha sido en la recién concluida legislatura cuando se ha destapado verdaderamente como siervo de la gleba del partido de la oposición y ha conferido a la AVT un carácter de grupo satélite del PP para componer junto a los elementos más reaccionarios y ultramontanos de la iglesia española dos de los elementos claves de la exacerbada crispación que hemos tenido que padecer en España a lo largo de estos cuatro últimos años.

Colaborador necesario de la marioneta impuesta por Aznar al frente del partido en todos aquellos actos y algaradas callejeras que bajo cien mil excusas diferentes no eran más que burdos intentos de desgaste y ataque, acoso y derribo, hacia un gobierno legítima y democráticamente elegido, fue capaz de utilizar un colectivo en el que en principio debían tener cabida toda clase de ciudadanos sin importar su condición, y mucho menos su ideología, de una forma aberrantemente sectaria y partidista. Una Asociación de Víctimas del Terrorismo en las que, según se ha podido comprobar, ha habido tres categorías a saber: las de primera, en las que se encuadraban toda clase de personas que tuviesen acreditada su afiliación, o al menos fuesen simpatizantes, del PP o de otros grupúsculos colocados más, si cabe, hacia la extrema derecha. Las de segunda, en las que se incluía a aquellos militares o miembros de las fuerzas de seguridad del estado que no tuviesen relación con el susodicho partido o los citados grupúsculos. Y, finalmente, las de tercera categoría en las que, naturalmente, se englobaba al resto.

El último ejemplo, sencillamente deleznable. Ante el asesinato de Isaías Carrasco en Arrasate, y dado que éste pertenecía claramente al tercer grupo previamente establecido, tuvo hasta la desfachatez de poner como excusa la inminente celebración de las elecciones y el no querer interferir en el juego democrático, para que su asociación no se sumase a las manifestaciones de repulsa llevadas al efecto. Como si la democracia le importase lo más mínimo a él o al partido a cuyo servicio ha estado toda la anterior legislatura y como si Rajoy y San Gil hubiesen tenido el más mínimo pudor para montar el numerito electoralista que protagonizaron el viernes por la noche en el Ayuntamiento de ese pueblo guipuzcoano. Algo sacará en limpio con su marcha, porque individuos como Francisco José Alcaraz no parece que son de los que hagan nada a cambio de nada, pero lo que tampoco nos queda la menor duda es que su sucesor tendrá francamente difícil hacerle bueno y superar en lo negativo a tan nefasto personaje.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Reservándome mi opinión sobre el contenido del artículo en general, por comprensibles razones, solamente te quería agregar, querido Miguel, que la foto de Padilla y su montera como forma de sacudir las neuronas de tus fieles lectores, pase, pero poner una imagen del Fede ya linda en la crueldad mental. Ten un poco de piedad, joder.
Un fuerte abrazo

BETIALAI dijo...

Cierto, Marcelo, no te falta razón y tal vez parafraseando aquellas advertencias que se hacían a finales de los 70 y principios de los 80 en las salas cinematográficas donde se exhibían películas calificadas como "S" o "X", debía haber indicado al principio del post:

Se advierte que esta entrada puede contener imágenes que por su contenido resulten lesivas para la sensibilidad del lector.

Confiando que la madurez y la fortaleza anímica y neuronal de los habituales visitantes del blog haya sido suficiente para evitar posibles desarreglos emocionales, que nadie haya sufrido ninguna tremenda pesadilla y, mucho menos, haber llegado a provocar traumas irreversibles en mis sufridos lectores, procuraré ser más comedido y enmendarme en próximas entregas.

Un abrazo fuerte.

Anónimo dijo...

¿Que no ha causado desarreglos emocionales? Hombre, que ya estoy viendo gallinas en la bandera. ¿Te parece poco? Perdona la bagatelización del tema, querido amigo, pero hay personajes que no merecen otra cosa que desprecio, como bien dices. Ahora volvamos a los toros.
Un abrazo