Un día que, teóricamente, debería haber sido doblemente festivo, porque unas elecciones generales no dejan de ser la exaltación de la democracia en estado puro, que se ha visto empañado por el asesinato del ex-concejal socialista en el Ayuntamiento de Arrasate Isaías Carrasco. Un demócrata que por la irracionalidad y la barbarie de quienes quieren imponer sus ideas a la fuerza no podrá ejercer su derecho legítimo a elegir libremente en las urnas. Hoy todos debemos sentirnos Isaías y el mejor homenaje que podemos rendirle es hacer lo que a él no le han permitido las balas que acabaron el pasado viernes con su vida: votar libremente.
Y es que cada voto de los que depositemos este 9 de marzo, sin importar para nada la opción ni el partido que elijamos, debe ser un voto que condene este deleznable crimen, un voto para la libertad. Para la libertad, como el título de este poema de Miguel Hernández, un poeta del pueblo y para el pueblo muerto en una cárcel franquista por intentar defender a través de su pluma y su palabra ese preciado bien al que ningún ser humano puede y debe renunciar mientras esté vivo. Por encima de fantasmas del pasado y siendo conscientes que nadie, y menos por medios violentos, puede en adelante torcer el destino que hace tres décadas escogió este país para que fuese su futuro, seremos ocurra lo que ocurra, tal y como escribió en los versos finales el gran poeta de Orihuela, como ese árbol talado que retoña, aún tendremos la vida.
3 comentarios:
Como bien dijo su hija, son "unos hijos de puta". No tengo muchas más palabras, la verdad.
Es muy triste que en el siglo XXI aún tengamos que presenciar estas cosas. Gracias por este post, Beti.
Es increible que todavía el precio de la libertad sea la vida. Gracias por este post beti.
Pgmacias
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