martes, 5 de febrero de 2008

MALTRATO PSÍQUICO

Nuevamente se vuelve a hablar de las fundas de los pitones en los toros. Alma, en Toros y Arte y Javier Martín, en Toro, torero y afición, se hacen eco de un reportaje recientemente publicado en ABC en el que Alfonso Vázquez, mayoral de Fuente Ymbro, intenta vendernos una vez más la burra y trata de convencernos de las excelencias de un invento que, independientemente de que pueda considerarse un afeitado encubierto, atenta sin lugar a dudas contra la integridad del toro de lidia. La réplica a toda esta idílica teoría que, interesadamente claro, están empeñados en colarnos desde el colectivo ganadero, la podéis encontrar en dos artículos publicado en El Chofre por Juan Antonio Hernández, El tema de las fundas en los programas de radio, colgado el pasado 12 de diciembre, y La manga y el mueco, que vio la luz hace apenas unos días, el 16 de enero. Su autor, al que no vamos a descubrir ahora, un enamorado del toro de lidia en el campo, que bebió de las fuentes de Alfonso Navalón -indiscutible autoridad en la materia,- y que es conocido por su aversión a taurinear, lo poco que ha taurineado ha sido con algunos ganaderos de su tierra charra, precisamente para poder ampliar y consolidar una serie de conocimientos a lo largo del tiempo que cabe, a estas alturas, calificar como abundantes.


Y si algo queda claro en sus dos escritos es que, en este tan traído y llevado tema de las fundas, existe en primer lugar una manipulación del animal y en segundo, y lo que es más grave, un atentado flagrante a su integridad. Para entendernos, y aún dando por sentado que dentro del proceso no haya menoscabo físico y no se caiga en la tentación de hacer algún oportuno retoque, lo que no admite dudas es el maltrato psíquico que ha de padecer el toro de lidia al verse sometido y humillado por los procedimientos propios de esta operación, lo que merma y condiciona su bravura que es su principal y más preciada condición. Manipulación, por tanto, agresión a su dignidad y, en consecuencia, si por este procedimiento el animal que ha tenido que padecerlo ha perdido un ápice de esta bravura, que desgraciadamente cada vez se ve más a cuentagotas por las dehesas y las fincas ganaderas, habrá dejado en el mueco o la manga, al mismo tiempo, una parte esencial e importantísima de su integridad. Que no nos cuenten milongas e intenten hacernos comulgar con ruedas de molino jugando con cifras contrapuestas (el colocar las fundas cuesta 160 € y un toro despuntado le puede suponer al ganadero pérdidas de 6.000), ni pretendan hacernos creer que con ello se garantiza un mejor estado de las astas a la hora de salir al ruedo. Toda explotación conlleva unos riesgos y un agricultor no está libre de que su cosecha no se vaya al traste por una inoportuna helada o una descarga de pedrisco, de la misma forma que un ganadero tiene que contemplar la posibilidad de que se le estropee algún toro. Y animales a los que se les ha puesto las dichosas fundas han terminado en muchos cosos taurinos con los pitones como brochas de afeitar y sangrando por ellos. Que no nos tomen por idiotas, en definitiva, y que vayan a otros perros con ese hueso. No a las fundas, no a la manipulación, no a tocar de ninguna manera la integridad del toro. No al fraude.
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PD: Aunque no sea, exactamente, el tema del presente post recomiendo darse una vuelta por Toro, torero y afición y leer el fragmento de la entrada José Tomás en Jalostotitlán, en el que se refleja una vez más el bochorno de una de las consideradas máximas figuras del momento lidiando erales, que se hacen pasar por toros, en tierras americanas. Y luego habrá que soportar que Pasmaos, Basuras y otros exégetas del fraude y de la trampa nos insulten, impunemente y con la complacencia de quienes les acogen, por denunciar sus montajes, su golfería y otras aberraciones similares.

1 comentario:

Abraham dijo...

quería comentar que en el artículo el mayoral decía que las fundas se retiraban 3 días antes del embarque, y por lo poco que conozco el campo bravo, el animal debe estresarse muchísimo, ya que el embarque es un proceso delicado para el animal y si a eso le sumas este 2 días antes.... por no hablar de la perdida de distancias que tendrá el animal, al retirarle 5 o 6 cm de sus defensas.
Un saludo