lunes, 17 de marzo de 2008

ARRANCA ILLUMBE

Ya se ha hecho público el contenido de lo que va a ser este año el VI Memorial Manolo Chopera y, ¿qué queréis que os diga?. Por una parte se aclara algo que podía haber estado en duda y que hizo circular ciertos rumores, a mi juicio infundados, sobre la posibilidad de la actividad taurina en el coso de Illumbe quedase, al menos, temporalmente paralizada. Por otra, el cartel que se presenta en forma de corrida concurso, y en el que desaparece la novillada que en años anteriores había acompañado a este festejo, a mí me resulta como mínimo decepcionante y, al mismo tiempo, me parece incomprensible que se le haga coincidir en fechas con la concurso de Zaragoza, bastante más rematada en todos los aspectos, o si se quiere mucho más cercana a lo que el aficionado entiende como tal, que la programada en el coso donostiarra. Despejada la duda, yo nunca la tuve, de que tras el contencioso a tres bandas entre Ayuntamiento, Empresa y antiguos arrendatarios de locales gestionados por Nuevo Desarrollo de Anoeta, en San Sebastián va a seguir funcionando su plaza de toros estaba por ver como iba a ser el arranque de la temporada 2008 a orillas de La Concha y ya conocemos los resultados.

Como mínimo decepcionante, insisto, y además con el agravante de que esa decepción se produce por partida doble. Por un lado porque se reduce de uno a dos festejos y se elimina de un plumazo una novillada, ¿se va a programar en otras fechas?, que era el único vestigio que quedaba de aquellos festejos menores, que tuvieron su esplendor en el coso donostiarra con diversas ediciones del Encuentro Mundial de Novilleros, y que acercaron al público guipuzcoano y al que acudía de otros lugares limítrofes el panorama del escalafón inferior, el poder conocer a quienes en un periodo de tiempo no lejano estaban llamados a ser potenciales figuras del toreo. Además, y todo hay que decirlo, aunque en los últimos años se fue paulatinamente recortando el número de novilladas hasta dejarlo en una en las temporadas 2006 y 2007, gustó la formula del pasado año en la que se cuidó la confección del cartel y, sin desdeñar que los coletudos actuantes contasen con nombre entre los novilleros del momento, se seleccionó una ganadería, Bucaré, que por su encaste Santacoloma también ilusionó a los aficionados más exigentes. Debemos pedir a los hermanos Martínez Labiano que reconsideren esta actitud y exigirles que en Illumbe, siguiendo además una tradición que se remonta a las viejas y desaparecidas plazas de San Martín, Atocha y El Chofre, se sigan celebrando novilladas, como siempre ha sido.

Por otro lado, y esa es la segunda decepción, la corrida concurso que, para empezar, ya resulta cuando menos atípica para lo que la afición considera a priori esa clase de corridas. No tengo noticias de que últimamente se haya celebrado ninguna concurso en plazas importantes en la que haya imperado el monoencaste. Si a ello añadimos que ese monoencaste lleva el nombre de Domecq, con todo lo que éso significa, se comprenderá que entre los aficionados cabales donostiarras el cartel haya caído como una auténtica bomba. Por mucho que se quiera vender que son ganaderías que están en un buen momento (Victoriano del Río y Jandilla), que viene la triunfadora de la pasada edición (Fuente Ymbro), que el resto cosechó éxitos en plazas de prestigio la anterior temporada (Zalduendo, Núñez del Cuvillo y Ventorrillo), no nos engañemos. Sus propios criadores han reconocido más de una vez que son toros especialmente pensados para la faena de muleta, nunca para el caballo, y en una corrida, más si es concurso, la bravura y la casta es imprescindible verla ante los montados. Una corrida, por tanto, que aunque se le quiera dar forma de Concurso de Ganaderías, en el fondo no va a ser tal porque el ganado con el que se cuenta no es el apropiado y porque el cartel de espadas, salvo uno de ellos, tampoco es el adecuado para este tipo de festejos.

Morante de la Puebla, tendrá un arte que no se pué aguantá, como torero con duende y de pellizco todas las cualidades que queramos adjudicarle y no cabe la menor duda de que en este momento es un diestro con tirón mediático e interesa a los públicos, pero no pinta nada en una corrida de estas, teóricas, características y menos como director de lidia. El Juli es el único que por su técnica, su concepto de la lidia y su cabeza, bien amueblada, encajaría en el perfil de matador que puede, si quiere, lucir y dejar ver a los toros, otra de las condiciones indispensables, junto a la ya expuesta de la suerte de varas, que se debe dar en una corrida donde se calibran las condiciones de los astados. Y es que Eduardo Gallo, un muchacho que cae bien en San Sebastián y en la provincia, donde incluso tiene lazos familiares -en Illumbe tomó la alternativa-, además de estar apoderado por la Empresa lo que abarata de forma clara el coste del cartel, se encuentra en un momento de su carrera, que todavía no ha despegado y en la que no se están cumpliendo las expectativas que había puestas en su etapa novilleril, en la que si no quiere que se le termine pasando el arroz debe estar más atento en lucirse él que en lucir a sus toros. Una corrida concurso, en suma, que lleva ese nombre porque se lo han querido dar sus organizadores y porque se van a lidiar seis toros de otras tantas ganaderías diferentes, pero que más bien parece una especie de experimento para que las figuras se apunten a esta clase de festejos hasta ahora reservados a otra clase de toreros, Y ya se sabe, por probar se puede probar todo en esta vida pero, mejor, los experimentos con gaseosa.

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