La fiesta no se la van a cargar seis individuos que se tiran al ruedo con unas pancartas tras arrastrarse un toro. Se la están cargando, hace ya mucho tiempo, desde dentro, los propios taurinos, algunos de los cuales contribuyeron
anteayer al bochornoso espectáculo que se vivió en el ruedo de Las Ventas y dieron argumentos a los que, desde una evidente falta de respeto a los que allí se congregaron para presenciar un espectáculo perfectamente legítimo, hicieron patente, de forma pacífica, su disconformidad con el mismo. Esa falta de respeto, que ciertamente existió, y la intrusión en el ruedo de quienes la protagonizaron, debió dilucidarse de otra forma distinta de no haber sido por la incompetencia de un Presidente, quien ostenta la máxima autoridad en una plaza de toros, que no dio las pertinentes órdenes a tiempo a las FOP para que éstas actuasen con la celeridad que la ocasión requería. Si se hubiese actuado debida y diligentemente en este sentido, y sin necesidad de haber
realizado ningún despliegue de fuerza y mucho menos emplear la violencia, el incidente se hubiese zanjado en unos segundos y no hubiese tenido, ni de lejos, la trascendencia que desde un lado y otro se ha pretendido darle. El problema es que quienes, seguramente, no creyendo que su actuación iba a tener la repercusión que ha tenido, ahora, en vista del éxito, se van a crecer y van a intentar sacar rentabilidad a otras situaciones similares una vez sentado el precedente. Esperemos que si éstas se producen en la misma plaza o en cualquier otra del orbe taurino, en el palco no estén sentados individuos del cachazudo talante del señor Muñoz Infantes.
anteayer al bochornoso espectáculo que se vivió en el ruedo de Las Ventas y dieron argumentos a los que, desde una evidente falta de respeto a los que allí se congregaron para presenciar un espectáculo perfectamente legítimo, hicieron patente, de forma pacífica, su disconformidad con el mismo. Esa falta de respeto, que ciertamente existió, y la intrusión en el ruedo de quienes la protagonizaron, debió dilucidarse de otra forma distinta de no haber sido por la incompetencia de un Presidente, quien ostenta la máxima autoridad en una plaza de toros, que no dio las pertinentes órdenes a tiempo a las FOP para que éstas actuasen con la celeridad que la ocasión requería. Si se hubiese actuado debida y diligentemente en este sentido, y sin necesidad de haber
realizado ningún despliegue de fuerza y mucho menos emplear la violencia, el incidente se hubiese zanjado en unos segundos y no hubiese tenido, ni de lejos, la trascendencia que desde un lado y otro se ha pretendido darle. El problema es que quienes, seguramente, no creyendo que su actuación iba a tener la repercusión que ha tenido, ahora, en vista del éxito, se van a crecer y van a intentar sacar rentabilidad a otras situaciones similares una vez sentado el precedente. Esperemos que si éstas se producen en la misma plaza o en cualquier otra del orbe taurino, en el palco no estén sentados individuos del cachazudo talante del señor Muñoz Infantes.______________________________________________________
Fotos: Obtenidas del blog Toro, torero y afición y del Blog de Toros de El País de Rosa Jiménez Cano.
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