Me voy a currar dentro de un rato. Al final no se puede conseguir todo y el turno de noche de hoy no queda más remedio que hacerlo. Ocho horas pasan volando, así que dejo la bolsa preparada ya que, prácticamente, habrá que ir del trabajo a la estación y se intentará dormir algo en el tren. Le comentaba esta mañana a Marcelo que iré provisto de tapones para los oidos y me decía que al final iba a viajar como los caballos de picar. Casi, casi, aunque espero que a bordo del Alvia nadie me tape reglamentariamente un ojo y, mucho menos, que saltándose el reglamento a la torera, algo que desgraciadamente se ha convertido en costumbre, pretendan taparme los dos. El caso es que para la hora de comer, si RENFE no lo impide, supongo que estaré en Madrid. Por tanto, poco más que añadir, no queda más que deciros: hasta luego.
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2 comentarios:
¡Cuidese! Espero que disfrute, si es posible, de su estancia en Madrid.
Un fuerte abrazo desde el campo charro.
Lástima que no te hayas animado a acercarte por Madrid. Se te echará de menos, Vicente.
Un abrazo.
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