viernes, 5 de septiembre de 2008

INNOVACIONES

Muchos habréis leído en El Chofre el último artículo de Toni en el que cuenta sus impresiones sobre los días que pasaron él y Vicente Sánchez López en Calahorra, donde además de presenciar su feria fueron los invitados en los coloquios organizados por el Club Taurino de esa localidad riojana, en los que participó algunos días, así mismo, Leticia Ortiz y que se vieron realzados con la presencia de Carmen, quien fue la compañera del maestro Alfonso Navalón durante los últimos años y hasta el fin de sus días. En cuanto a cosas positivas, esos aficionados que pertenecen al Club y que, muchas veces contra viento y marea, trabajan por seguir manteniendo viva la llama de la afición. Si hay que hablar de lo negativo nos encontramos con lo ya conocido, la vejación del auténtico protagonista de la fiesta en su versión inválida, desmochada y domesticada, donde la desaparición de la casta y la ausencia de la bravura fueron, para variar, denominador común. Y sin que faltase, tampoco, claro está, el destoreo moderno y al uso que unido a la falta de competencia –en todos los sentidos- se ha adueñado de los cosos taurinos en los últimos tiempos.

No obstante, algo sí que puede estar cambiando; y me refiero a esas innovaciones en suertes, lances y pases nuevos, hasta ahora desconocidos, que vienen poniendo en práctica algunos coletudos, me resisto a llamarlos toreros, como por ejemplo el que ilustra este post. Parece ser que este bonito muletazo se empieza a conocer como pase del capirote invertido, o más coloquialmente del nazareno mariquita, y como bien ha captado en el "arretrato" Toni, ¿o habrá sido esta vez el autor su primo Juan Antonio?, tiene el mérito de que el maestro, en este caso Talavante, apoya, como campechanamente, su brazo derecho en los lomos del feroz morlaco, tal que si fuera a invitarle a unas copas en el tasco más cercano. Furor debió hacer entre los jujaneros que ocupaban los tendidos, al tiempo que causaba una profunda depresión en los pocos aficionados cabales que acudieron al coso. Cuentan que Periquito Capea, El Fandi y algún otro trataron, así mismo, de poner en práctica el lance del pimiento relleno, ya que estaban en tierras calagurritanas, pero que, de momento, lo tienen que perfeccionar. Tampoco está mal el intentarlo, podía ser un aliciente que cada lugar tuviese sus particularidades y así, verbigracia, en Bilbao los diestros ejecutasen la suerte del pil-pil, en Barcelona el pase de la butifarra retorcida, en Sevilla el par del rebujito, o en Madrid el lance de la rosquilla del Santo -en sus dos variantes, tontas y listas-, pongamos por caso. Tal vez hasta, incluso, frenaba la huida en desbandada de la gente de las plazas de toros, de donde al aficionado hace ya mucho tiempo que se le viene echando con cajas destempladas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alegra ver que en todas partes hay excelentes aficionados. La diferencia es que antes también esa constatación nos daba esperanzas. Ahora temo que no sean más que cuatro pasajeros más del autobús que cada vez tienen menos que decir y cada vez están más indefensos ante los mercaderes que quieren otra fiesta para lucrar de ella.

El comentario de Toni y sus fotos, como siempre geniales. Ahora sí que no dirán que se han manipulado, aunque hay "gente pa tó".
Un abrazo Miguel,
Marcelo