domingo, 21 de septiembre de 2008

LAS FOTOS DE LA ¿POLÉMICA? (I)

La publicación en El Chofre de un artículo de Juan Antonio Hernández, titulado ¡Qué mala suerte tengo!, en el que al margen de una serie de acertadas consideraciones sobre el momento actual que vive el mundo de los toros se exhiben una serie de fotografías comentadas de una extraordinaria elocuencia, y la posterior inclusión de los mismos “arretratos” en Toro, Torero y Afición, parece que han levantado algunas ampollas en cierto reportero taurineador, por otra parte previsibles. Lo que resulta curioso es que de toda la amplia exposición que se muestra, tanto en el artículo de Toni como en el blog de Javier, Costi & Cía, lo que ha provocado la reacción –no es la primera vez que sucede- de un conocido plumilla plumoso riojano hayan sido las instantáneas que atañen al Mesías Redentor que vino a salvar la fiesta. No es un caso aislado, el año pasado vino a ocurrir lo mismo y en aquella ocasión el plumoso plumilla calificó como manipulación vomitiva la denuncia que en las mismas páginas y por el mismo procedimiento se hacía de su ídolo. De las demás denuncias, en las que como ahora se ponían en evidencia a otros destoreadores al uso y todas sus trucos, trampas y ventajas, no dijo ni esta pluma es mía. Surge, por lo visto, la polémica cuando se dejan al descubierto, los alivios, los defectos, o las carencias técnicas del Místico Galáctico de Galapagar, pero no cuando los que quedan en entredicho son el resto de compañeros del escalafón. ¿Polémica he escrito?: no lo sé a ciencia cierta. Tal vez no sea éso, la cuestión de fondo sea otra y a este tipo, al que hace ya mucho que se le ve el plumero, haya que aplicarle, también, el célebre y genial aserto que le espetó, en el Hotel Colón de Sevilla, el maestro Alfonso Navalón a La Lirio –a quien por cierto y para más sarcasmo cita en su post el afectado por la tomatosis- sobre la diferencia en cuanto a los ojos con que ambos utilizaban para mirar a los toreros. Y es, que es posible, que en algunos lugares, donde sin lugar a dudas se producen excelentes caldos, se ponga demasiado mimo en cuidar los vinos y se olviden de otros productos, como el aceite, que al final puede llegar a perderse.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El problema lleva bastante tiempo y se viene repitiendo desde la reaparición de José Tomás. Ya se ha hablado y escrito mucho sobre el asunto, por lo visto sin que haya intención alguna de reflexionar y de ver las cosas con los ojos de la realidad, a pesar de todas las machaconas comprobaciones que se han producido tarde a tarde.

Es cierto que la subjetividad es una característica íntimamente ligada a la afición a los toros pero, cuando se ejerce la información, las obligaciones son otras. Ya no se puede seguir cerrando los ojos ante la evidencia y ejerciendo de palmero indiscriminado de un torero, solamente movido por la pasión. Si además, se pretende utilizar el término “ética” para criticar a quienes, sin intereses creados de ninguna índole, denuncian lo que consideran un fraude manifiesto y un engaño evidente para todo aficionado que tenga la cabeza más fría, ahí se está poniendo en juego el prestigio profesional en la afirmación.

La ética periodística comienza por la obligación de informar, prescindiendo de las ensoñaciones fantasiosas. Si no se puede, porque la veneración supera los límites de lo racionalmente controlable, tampoco pasa nada, pero no intentemos, desde una posición tan vulnerable y tan poco seria, pontificar sobre la ética de la información.

Quizás lo más desafortunado del artículo que se comenta, es la comparación de las motivaciones de El Chofre, con las que mueven a José Antonio del Moral. Es posible –más bien, seguro- que Del Moral opina influenciado por su propia adoración por Enrique Ponce, pero eso lo hace comparable sólo con aquellos que, desde la otra trinchera, olvidan de todo lo que debieron aprender sobre deontología profesional, y no con quienes, con toda independencia y hablando sólo de lo que ven, revelan lo que les parece condenable.

Se me ha alargado bastante el comentario, Miguel, por lo que te pido disculpas, especialmente porque llega después de innumerables artículos, cartas abiertas y diálogos en foros que tendrían que haber contribuido a clarificar algo la situación. Pero no. Así es la pasión.
Un abrazo

BETIALAI dijo...

Cierto, y lo que encrespa es que sea un tema recurrente. Ya se dieron el año pasado demasiadas vueltas al mismo y si, en algún momento, hubo alguien que sacó en principio los pies del tiesto fue este personaje por los mismos motivos y con similares argumentos. Por lo que se ve sigue dispuesto a hacerlo recivivo cada vez que siente se toca a "su torero". Y efectivamente, si la objetividad no existe en la crítica, me da igual cuáles sean las razones, lo que no puede existir jamás es credibilidad en quien de esa forma se conduce. Esta seguirá siempre en entredicho, en el mejor de los casos, claro.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Pues efectivamente llueve sobre mojado...le he enviado una cosita al maestro Toni que espero saque a pasear si le parece oportuno, porque me imagino que no lo habrá hecho por lo del amigo Eusebio.
Un fuerte abrazo a los dos
Pgmacias

BETIALAI dijo...

Así es, Pedro, tal y comentaba ayer con Toni por la noche no es conveniente mezclar churras con merinas. Ahora, unidos por el dolor de la pérdida de un excelente aficionado y un buen amigo, lo que procede es recordarle como lo que fue y olvidarnos de los mindundis de uno y otro signo y demás zarandajas. Tiempo habrá para darles el adecuado tratamiento. El abrazo que te di ayer vía móvil te lo vuelvo a envíar ahora corregido y aumentado.