jueves, 18 de septiembre de 2008

BURGOS (I)

Ante la imposibilidad por cuestiones de calendario -no veas cómo lo siento, querido Marcelo- de tal y como estaba previsto y programado ir a Madrid una semana por la feria de otoño, decidí pillarme uno de los flecos que todavía me quedan de vacaciones para pasar unos días en Burgos. Leti (Ghosty), a la que tenía ganas de ver ya que finalmente no pudo acercarse finalmente a San Sebastián en agosto por estar currando a tope en Onda Cero y Diario de Burgos, me puso medio en broma el cebo de la feria de Aranda y se me ocurrió picar. Más, claro está, por la escapada y por poder saludar a buenos y viejos amigos y disfrutar de la compañía de otros más recientes que por el atractivo que pudiera tener el contenido taurino de lo que sucediese en el coso arandino que, tras su remodelación, ha pasado a llamarse pomposamente Plaza de Toros Ribera del Duero.

Nada excesivamente reseñable de lo que allí aconteció porque casi todo estuvo dentro de lo previsto. Una plaza triunfalista, en la que se detiene todo tras la muerte del tercer toro para que la gente meriende, lo que confirma la teoría expuesta en su blog por Rosa Jiménez Cano, y una afición que, pese a tener que pagar la entrada más barata a 46 €, llenó en sus tres cuartas partes las localidades del aforo. Toritos a modo, carretones de encaste bodeguero, de discretísima presentación y alguno, como el primero de Hnos. García Jiménez que despachó El Juli, más que sospechosísimo de haber pasado por la barbería. Como no podía ser de otra manera se simuló la suerte varas y a la mayoría de los astados no se les llegó a hacer sangre ni para un simple análisis. Con ese material los coletudos anduvieron a su aire y así pudimos ver, por ejemplo, a un Julián López desganado y pasota, tónica general a lo largo de esta temporada, a un Curro Díaz afligido ante un Victoriano del Río que no se comía a nadie, o a un Castella que desorejó por partida doble a un toro con el hierro de Cortés y que se fue sin torear. Manzanares, solvente, intentó hacer las cosas de verdad, pero le faltaron toros que diesen una mínima importancia a lo que el diestro pretendía, mientras que, el lunes, en la segunda de feria, El Fandi –a quien hacía varios años que no veía en directo- al margen de sus consabidos números atléticos en el segundo tercio, me sorprendió gratamente ya que, si bien es cierto que ante un toro pastueño y de una bondad inusitada, hizo las cosas francamente bien y logró muletezos muy estimables, ligados, cargando la suerte y rematados detrás de la cadera. Lo mismo que fue una agradable sorpresa encontrar más asentado, al colombiano Lucho Bolívar, un torero acostumbrado a lidiar con bureles más complicados, que ya nos había dado muestras de su buen sentido de la colocación y las distancias, y al que siempre achacábamos un poco de precipitación y falta de poso en sus faenas. Se encontró sobrado ante este tipo de ganado y obtuvo finalmente el premio de la Puerta Grande, una de las más merecidas, sino la más, de las cuatro que se abrieron en corridas de lidia ordinaria en el coso de la Ribera del Duero.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya taurinete que estás hecho beti...

BETIALAI dijo...

Ya te digo. Después de esta inigualable experiencia estoy considerando, muy seriamente, volver a sacarme el abono completo para la próxima Semana Grande de Illumbe y de envíar un escrito a la empresa -cuento con el apoyo y las firmas de todos vosotros- para que a partir de agosto de 2009 se implante en Donosti la merienda tras la muerte del tercer toro. No creo que haya demasiado problema; al fin y al cabo en Almería se hace y la plaza es de ellos.

Anónimo dijo...

Claro, como en Burgos tienes amigos, los prefieres a los pobres desgraciados que vamos a Madrid. Por cierto, mi estadía tampoco es segura pero eso ya te lo comunicaré por correo. Solamente quería dejar constancia de la manifiesta discriminación.
Un abrazo
Marcelo

BETIALAI dijo...

Además que ya sabes lo que me gusta taurinear y en Aranda y en Burgos, con Leti, lo tenía más fácil. Fíjate, todos los días comiendo y cenando con La Lirio, Jua Jua, El Engominado y otros próceres de la información taurina nacional.

Un abrazo.