Unos desalmados, que dicen pertenecer a la Iniciativa charra contra el tauricidio, han profanado en el cementerio de Ahigal de los Aceiteros (Salamanca) la tumba del maestro Julio Robles. En nombre de una pretendida protección y defensa de los animales, estos auténticos descerebrados, cafres inhumanos, defienden o justifican su deleznable acción afirmando que el fallecido diestro de Fontiveros fue un asesino en serie y tienen la desfachatez de reconocer que su intención fue la de desenterrar su cadáver y que, al no poder hacerlo, se tuvieron que conformar con llevarse el busto de bronce colocado en el panteón. Es de suponer que, si estos indeseables son descubiertos, caerá sobre ellos todo el peso de la ley que, evidentemente, tiene que ser muchísimo más fuerte que para quienes, defendiendo lo mismo, montan un pifostio invadiendo un ruedo o producen un altercado de orden público a la entrada de una plaza de toros. Pero lo que no se puede, ni se debe, consentir, y aquí sí que deberían de actuar de oficio las asociaciones taurinas profesionales y, ¿por qué no?, hasta las asociaciones de aficionados, es que unos individuos -me da lo mismo su modus operandi- se permitan el lujo de llamar asesinos con total tranquilidad a unos profesionales por el hecho de matar toros e, incluso, a quienes acuden a ver una corrida. Lo que no es de ninguna manera tolerable es que este hatajo de gilipollas puedan impunemente elevar a un animal, el toro, a la categoría de persona humana y si lo hacen -allá ellos con sus estúpidos conceptos- que respondan ante la justicia por los insultos vertidos y la gravedad de los mismos. Consintiéndolo se les da alas y lo que hasta ahora eran algunas manifestaciones testimoniales, puntuales y aisladas, puede convertirse en algo más como ya hemos tenido la oportunidad de constatar en la presente temporada, o en hechos tan aberrantes, irracionales y repugnantes como el que acaba de suceder en un camposanto salmantino.
Corazón Txuri Urdin, el podcast. 130 horas y 1.800 kilómetros para lograr
la victoria en Ferrol
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Los viajes eran el auténtico enemigo de los equipos hace unas cuantas
décadas por la cantidad de infortunios y retrasos que se podían sufrir. Por
ejemplo...
Hace 5 horas
7 comentarios:
Después hablarán de tolerancia los sinvergüenzas estos...
Antes de nada, quiero avisar de que no soy taurino, es decir, no me gustan los toros. Pero me parece indignante que alguien pueda profanar una tumba (e intentar exhumar un cadáver) de este modo. De todos modos, basta ver la inteligencia de esta gente cuando se constata que el nombre del "grupo" que han montado es Iniciativa Charra Contra la Desaparición del Tauricidio. Es decir, no quieren que desaparezca lo que ellos llaman tauricidio... Lo dicho, unas lumbreras.
Pues si, todos unos lumbreras! un atajo de "fumaos" diría yo.
Saludos.
La Princesita de Albal.
Una vez más nos encontramos con una ecuación “imbatible”. La oligofrenia, combinada con la vileza, la ausencia de moral y la cobardía son el cóctel explosivo que produce este tipo de especímenes. Y como es costumbre, hacen todo lo posible para evitar ser perseguidos judicialmente. Aunque todo se andará. Por mucha repugnancia y desprecio que inspiren, hay cosas que no pueden pasar sin el justo castigo.
Para lo que pueda servir, desde aquí, un emocionado homenaje al maestro Julio Robles.
Me causa profunda tristeza y enfado, triteza porque ya no podemos emocionarnos con su toreo de verdad y enfado porque hay quienes no saben lo que es el respeto, pero tiene que haber de todo, estos tipejos también para apreciar la diferencia...así está el patio
Pgmacias
Cuando me enteré en tierras murcianas se me saltaron las lágrimas. No entiendo cómo pueden llegar tan bajo, ¡y adermás nos llaman de todo!No tienen perdón...
Es increíble, hasta dónde son capaces de llegar algunas ¿personas? Muy triste. ¿De esto no sale nada en TV? ah no, que los malos somos los que nos gustan los toros pq no respetamos a los animales... Ellos son los de los principios y la ética ¿no?
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